Eczema: los trucos contra el rascado

Eczema: los trucos contra el rascado

Eczema: los trucos contra el rascado
¿Cómo conseguir rascarse con menos frecuencia?

El 100% de las personas con eczema se rasca. Las incontenibles ganas de rascarse son uno de los síntomas de la enfermedad: no resulta fácil aguantarse durante el día, por no hablar de los picores nocturnos…

Pero hay una serie pequeños trucos y alternativas que permiten reducir el rascado y, de paso, el riesgo de infección. ¡Que corra la voz!

Abstenerse de decir frases tipo: “¡Deja de rascarte!”

Es tentador para los padres o el entorno cercano del paciente, pero no sirve de nada, salvo para crear culpa y tensión. El hecho de rascarse no es una acción “controlada”, sino automática y a menudo inconsciente. Si queremos ayudar a una persona en este sentido, ¡lo mejor es proponerle alternativas contra el rascado!

Rascarse es una respuesta normal al picor causado por la inflamación de la piel. Es un acto reflejo. La necesidad imperiosa de rascarse es natural así que conviene encontrar formas de contrarrestarla para romper el famoso círculo vicioso. ¡Pero no es fácil!

Seguir su rutina de cuidado

Las cremas son la primera herramienta para atenuar el picor. Reducir la inflamación con dermocorticoides e hidratar la piel seca con emolientes son los dos primeros hábitos que hay que incluir en su rutina diaria para calmar el eczema.

Prevenir y calmar el picor

Utilizar un emoliente

Aplicar un emoliente varias veces al día y tener siempre una crema a mano (en la mochila del colegio o el maletín del trabajo, en el bolso, en la bolsa de deporte, en la mesilla de noche, etc.).

Utilizar agua termal

Algunos pacientes se han acostumbrado a tener siempre a mano un spray de agua termal. La idea es hacer pulverizaciones prolongadas o aplicar compresas impregnadas durante quince minutos sobre la piel. A continuación, conviene hidratar la piel con un emoliente. La crema penetrará más fácilmente en la piel tras haberla humedecido.

Aprovechar el poder del frío

El frío y el fresco adormecen el picor. He aquí algunas técnicas que pueden atenuar temporalmente el picor, procurando un poco de alivio:

  • Pulverizar el agua termal tras haberla enfriado en la nevera y, a continuación, airear la piel con un abanico, un ventilador o un secador de pelo en posición de “aire frío” para aumentar la sensación de frío.
  • Utilizar una bolsa “refrescante” (de gel frío) envuelta en un paño fino de algodón para evitar el contacto directo con la piel, y dejar actuar un máximo de 10 minutos.
  • Masajear las zonas que pican con guijarros lisos, a sabiendas de que el efecto se multiplica por diez si los guijarros se enfrían en la nevera. No ocupan mucho espacio, así que tan solo hay que acordarse de meter un guijarro en su bolso, mochila o cartera para poder utilizarlo durante el día.

Dormir con guantes de algodón

Muchas personas se ponen guantes al acostarse para evitar arañarse al rascarse sin darse cuenta.

Utilizar una rueda de masaje

Ayuda a aliviar el picor sin arañarse y sin reforzarlo. Se debe usar por encima de la ropa, sin ponerlo en contacto directo con la piel.

¡Conocer los puntos débiles de su enemigo!

El eczema, cuanto mejor lo conocemos, mejor lo podemos aliviar.

  • Cuanto menos se araña uno la piel, menos pica.
  • Cuanto menos se rasca uno, menos ganas tiene de rascarse.

También podemos aprender a reconocer los factores desencadenantes o agravantes y a adquirir buenos hábitos en casa y en el cuarto de baño.

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Llevar las uñas cortas

Imprescindible para evitar arañarse. Un reflejo en caso de eczema: llevar siempre las uñas cortas.

Preparar su noche contra el rascado

El sueño interrumpido por las sesiones de rascado es una de las cosas que más molestan a las personas con eczema. Dedicar unos instantes a preparar su noche de descanso suele resultar reconfortante:

  • Aplicarse el emoliente antes de acostarse
  • Tener un spray de agua termal y una crema hidratante al alcance de la mano
  • No taparse demasiado, y elegir de preferencia sábanas de algodón o lino
  • Ventilar la habitación
  • No calentar en exceso la habitación (18 °C como máximo)
  • Dormir con guantes de algodón o seda, o manoplas

Mantener las manos ocupadas

Jugar con una pelota antiestrés, llevar canicas en los bolsillos de la chaqueta, hacer manualidades... ¡Podemos mantener las manos ocupadas a todas horas si nos lo proponemos! Es un buen hábito para evitar el rascado inconsciente.

Rascar un velcro que coloquemos en el bolsillo o cualquier otro lugar también permite rascar algo distinto a la piel.

Mantener la mente ocupada

Pensar en otra cosa que no sea el picor que sentimos en el brazo o la barriga es un primer paso para evitar rascarse. Aunque el aburrimiento puede ser beneficioso en la vida, es mejor mantener la mente ocupada durante el punto álgido de las crisis.

Tener momentos de relax

Dado que el estrés es un factor agravante, cualquier cosa que nos ayude a relajarnos puede ejercer un papel beneficioso. Podemos practicar la respiración abdominal, el yoga o la sofrología, e incluso se recomienda practicar deporte adoptando los buenos hábitos.

Que una mano cariñosa ejerza una breve presión sobre la zona que pica también puede ayudar.
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