Los medicamentos para tratar el eczema
Tanto en el caso del eczema atópico como en el de contacto, las cremas a base de cortisona ayudan a calmar la inflamación.
Cuando se sufre de eczema atópico, las cremas antiinflamatorias deben combinarse con una hidratación constante de la piel. A veces se utilizan otros tratamientos, especialmente en las formas más graves.
La crema con cortisona
Es el medicamento de referencia para aliviar el enrojecimiento y así evitar el rascado.
La cortisona es un antiinflamatorio: reduce la inflamación de la misma manera que un extintor consigue apagar un incendio.
Cuando se trata de un eczema atópico, la crema con cortisona representa tan solo la mitad del tratamiento. Para poder reparar la piel, también se requiere una hidratación como tratamiento básico. Junto con las buenas prácticas de higiene y un tratamiento constante, es la mejor manera de posponer la próxima crisis.
La cortisona puede aplicarse en la piel de otras formas distintas a la crema: pomadas, geles, lociones...
También se emplea el término “dermocorticoides” para hacer referencia a las cremas con cortisona, se trata de lo mismo.
Otros tratamientos y medicamentos
En el caso del eczema de contacto, el tratamiento consiste en evitar el contacto con el alérgeno responsable de la alergia. En determinadas circunstancias puede recurrirse a otros tratamientos: corticoides por vía oral en las formas muy agudas, alitretinoína para el eczema crónico grave de las manos, etc.
Cuando se trata de un eczema atópico en zonas sensibles como la cara o los párpados, a veces se sustituye la crema con cortisona por la aplicación de otro antiinflamatorio, el tacrolimus.
Además de los tratamientos que se aplican sobre la piel, la fototerapia, los inmunosupresores o las bioterapias dirigidas representan otro tipo de soluciones para el eczema atópico destinadas a las formas graves.