¿Qué es el eczema de contacto?
El eczema de contacto presenta los clásicos síntomas del eczema, incluyendo las famosas placas rojas que pican… Pero su causa es muy específica: se trata de una reacción alérgica a un producto u objeto que ha entrado en contacto con la piel.
El ejemplo más típico es el de la alergia a la bisutería, pero en algunos casos el responsable resulta más difícil de detectar.
Reconocer el eczema de contacto
El eczema de contacto es una inflamación de la piel. Se produce en la zona de la piel que ha estado en contacto con el alérgeno y/o a cierta distancia de la superficie de contacto inicial. Una vez diagnosticado el eczema de contacto, hay que buscar el agente responsable, que puede ser un esmalte, una prenda de vestir, un perfume, una pintura o un aceite industrial, entre otros.
Los síntomas
Estos son los síntomas asociados con el eczema de contacto:
- Placas rojas
- Picores
- Supuración
La intensidad de los síntomas varía mucho de una persona a otra, pero la inflamación siempre evoluciona siguiendo este orden: eritema (enrojecimiento) con posible edema (hinchazón) > vesículas (pequeñas ampollas) > supuración (por ruptura de las ampollas) > costras
Cuando el eczema persiste, la zona de la piel afectada cambia de aspecto: se vuelve más gruesa, seca, hiperqueratósica, escamosa, con supuración escasa o apenas visible. Por supuesto se dan variaciones, según la extensión del edema, las vesículas, la descamación así como la ubicación.
Pueden pasar varios días después del contacto con el alérgeno hasta que aparezcan los síntomas. Por eso, puede ser necesario hacer un poco de memoria para averiguar qué es lo que nuestra piel no ha tolerado.
Uno puede volverse alérgico “de repente”
Es posible volverse repentinamente alérgico a algo que hasta entonces se toleraba muy bien. Así pues, el eczema de contacto puede manifestarse al contacto número cien o mil con el alérgeno en cuestión sin haber sufrido nunca antes una alergia.
El eczema se origina en la zona de contacto con el agente responsable, pero si el contacto persiste puede extenderse a un área más alejada o incluso generalizarse.
¿Eczema o simple irritación?
No todas las reacciones de la piel a un producto u objeto son alergias de contacto, El enrojecimiento puede ser un signo de mera irritación, sin verdadero eczema, en particular, al usar productos de aseo…
Probablemente necesitará seguir varios días de tratamiento con un corticoide local para que todo vuelva a su cauce. Al mismo tiempo, para evitar una recaída, será necesario identificar la causa, el alérgeno de contacto, para suprimirlo o apartarlo.
Dar con la causa de un eczema de contacto
Para averiguar qué puede haber causado la reacción alérgica, lo primero que hay que hacer es llevar a cabo una exhaustiva investigación para determinar lo que ha estado en contacto con esa zona específica antes de que apareciera el eczema. Para ello, conviene hacerse toda una serie de preguntas:
- “¿Qué me apliqué en esta zona antes de que todo empezara?”
- “¿He hecho alguna obra en casa o en algún otro sitio durante los 2 o 3 últimos días?”
- “¿Me ha estado dando el sol durante estos últimos días?”
Unas veces resulta fácil acordarse: pendientes, botón de los vaqueros, producto cosmético, pintura, prenda de vestir, calzado… Pero otras veces no nos acordamos.
A menos que la causa sea realmente obvia, es importante consultar a un especialista en dermatología y alergología que pueda ayudarnos en nuestra investigación y realizar las pruebas de parche en la piel.
¿Dónde se ubica el eczema? El estudio alergológico
El lugar donde aparecieron las rojeces es una pista valiosa para dar con la posible causa. El eczema de los pies es más probable que sea causado por los zapatos que por el dentífrico. Pero hay que barajar todas las posibilidades: en un caso de alergia al esmalte de uñas, por ejemplo, se puede tener una reacción en el cuello, ya que solemos llevarnos allí las manos.
Lista de las alergias de contacto más frecuentes
A continuación ofrecemos una lista de los objetos y productos que suelen ir asociados con las alergias, junto con el alérgeno responsable.
“Algunos trabajos pueden plantear más problemas a ciertas personas: cuando uno es peluquero, limpiador o incluso tornero fresador se expone a una mayor cantidad de alérgenos conocidos que al ser presentador de radio, por ejemplo. Es algo que debe tenerse en cuenta a la hora de elegir su carrera. Si ya ejerce una de estas profesiones sensibles, puede informarse sobre la gestión del eczema de contacto ocupacional a través de los servicios de salud laboral”.
Hacerse pruebas de alergia para encontrar la causa
Las pruebas de parche, también conocidas como “patch tests” o “pruebas epicutáneas”, son unas pruebas de alergia indoloras porque se hacen sin aguja: se aplica una serie de alérgenos o productos en la espalda para ver cuáles desencadenan una pequeña placa de eczema. Suelen hacerse con un mínimo de veinte alérgenos, que corresponden a los más frecuentes (serie estándar). Además, el médico puede hacer pruebas complementarias específicas en función de las actividades diarias o la profesión del paciente.
¿Han dado con el alérgeno? Si puede evitar fácilmente entrar en contacto con él: ¡problema resuelto! Y si no es así (como el caso de un peluquero que es alérgico a los tintes para el cabello, por ejemplo), suele haber soluciones para protegerse y tratarse: si el alérgeno en cuestión está vinculado con su entorno de trabajo, hable con su dermatólogo o su médico laboral. En el caso de las alergias a un ingrediente cosmético, puede ser difícil evitar el alérgeno; se trata de nombres químicos complicados y no es fácil descifrar las etiquetas.
Cuando hay una fuerte sospecha de alergia a un producto, pero al someterse a esta prueba da negativo, el especialista en dermatología y alergología puede proponerle hacer una prueba de aplicación abierta repetida o ROAT (del inglés: “Repeated Open Application Test”). Consiste en aplicar el producto durante varios días en una pequeña zona del antebrazo. Si no da resultados, se puede realizar una prueba de uso, especialmente con los productos cosméticos.
Sí. En ocasiones, el eczema de contacto puede manifestarse en una persona que ya tiene un eczema atópico. Esto hace que sea más complicado de diagnosticar, ya que a menudo se confunde con el primero. En general, cuando uno sufre de eczema atópico debe tener en mente:
¡Cuidado con lo que me aplico en la piel! En caso de duda, lo mejor es hacerse pruebas.
La piel atópica deja que los alérgenos pasen más fácilmente. Es mejor utilizar productos de aseo o cuidados que tengan la menor cantidad de ingredientes posible. Y, ¡ojo! Las etiquetas “bio” o “natural” no constituyen una garantía contra las alergias: los aceites esenciales y los perfumes, por ejemplo, suelen tener componentes que pueden dar alergia.
Todo lo que necesitas saber sobre el eczema de contacto
¿Cómo evitar las recurrencias del eczema de contacto?
El eczema de contacto es causado por una reacción alérgica de la piel a una sustancia llamada alérgeno. La única forma de prevenir las recurrencias es evitar el contacto con este alérgeno.
Ciertas acciones pueden ayudar a fortalecer la barrera cutánea, como:
- Lavarse las manos con un limpiador suave sin jabón, enjuagarlas con agua tibia y secarlas bien.
- Limitar el tiempo de trabajo en ambientes húmedos.
- Hidratar regularmente la piel con una crema emoliente en el área que previamente fue afectada (manos, pies, etc.).
¿Qué profesiones están expuestas al eczema de contacto?
Muchas profesiones son propensas al desarrollo de eczema de contacto, especialmente aquellas que requieren trabajo manual (peluquería, industria, construcción, salud, etc.).