Eczema: ¿cuáles son los riesgos de tatuaje?
¿Qué es un tatuaje permanente?
El tatuaje es la introducción de pigmentos y colorantes en la piel para obtener un diseño permanente pinchando la piel con un dermógrafo. Esta práctica ha ido ganando popularidad ya por más de veinte años.
¿Cuáles son los riesgos de tatuarse?
El tatuaje atraviesa la barrera cutánea y rompe los pequeños vasos de la piel. Más tarde, la presencia de estos cuerpos extraños en la piel puede conllevar las denominadas reacciones alérgicas o la constatación de problemas cutáneos específicos en un individuo.
Durante la realización del tatuaje, las agujas perforan la piel provocando una brecha en la barrera cutánea. Esta pequeña herida que tarda unas semanas en cicatrizar puede ser la puerta de entrada a infecciones bacterianas, en especial por estafilococos. Afortunadamente, estas infecciones son bastante raras y evolucionan de forma favorable en pocos días en la gran mayoría de los casos. En efecto, por un lado, el tatuador desinfecta regularmente la piel durante el tatuado y después, mientras cicatriza el tatuaje, el cliente debe limpiar la zona con agua y jabón varias veces hasta el final de la sesión. El jabón es un excelente desinfectante que ayuda a prevenir infecciones de la piel como la foliculitis bacteriana o los forúnculos.
Normalmente, las infecciones graves con gérmenes clásicos como el estafilococo o atípicos (micobacterias) se producen cuando el tatuador trabaja en condiciones de suciedad, con falta de higiene o cuando el cliente no realiza los cuidados recomendados por el tatuador.
Por último, en ocasiones pueden aparecer verrugas víricas en los tatuajes sin saber muy bien por qué. Lo más probable es que se trate de verrugas que ya estaban presentes antes del tatuaje, pero que no se veían a simple vista o que no fueron reconocidas por el tatuador, y que luego se extendieron sobre los trazados del tatuaje.
El tatuaje se acompaña de una hemorragia durante la sesión, con un riesgo potencial de contaminación por ciertos virus transmitidos por la sangre, como la hepatitis B, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y, sobre todo, la hepatitis C. Hace muchos años era más normal que se registraran casos de infecciones tras la realización de tatuajes, sobre todo por hepatitis C. La contaminación se producía por la falta de asepsia de los tatuadores, que reutilizaban el material o las mismas agujas en varios pacientes sin esterilizarlas. A día de hoy, los tatuadores “profesionales” utilizan agujas desechables de un solo uso o esterilizan su material. Estas precauciones hacen que actualmente sea excepcional, por no decir imposible, infectarse por el virus de la hepatitis C si el tatuaje se realiza en un salón especializado.
Las reacciones alérgicas a las tintas de los tatuajes
Esta es la complicación más común después de tatuarse. Las reacciones se caracterizan por un tatuaje que produce picor, hinchado —a veces tras la exposición al sol—y por lesiones más o menos grandes y que suelen picar.
Por lo general, este fenómeno suele producirse con un único color (normalmente el rojo, aunque también puede darse el caso con los demás colores). Estas reacciones son imprevisibles y pueden presentarse desde unas semanas después de tatuarse hasta pasados más de 40 años. A día de hoy, estas reacciones siguen siendo impredecibles.
El tratamiento de estas alergias requiere la aplicación de corticoides locales. Sin embargo, estos tratamientos no resultan satisfactorios porque la tinta sigue estando presente en la piel. La eliminación del tatuaje mediante láser o cirugía es a veces indispensable.
De nada sirve tatuar una “zona de prueba” en un rincón oculto de la piel. No se puede realizar ninguna prueba de alergia antes de tatuarse que permita detectar una alergia a la tinta del tatuaje.
Se ha iniciado una regulación de la composición de las tintas para tatuajes a nivel europeo. En el futuro, podría limitar este tipo de complicaciones y asesorar mejor a los clientes en caso de alergia conocida a un componente.
Por lo pronto, en caso de alergia preexistente a una tinta de tatuaje (a un color determinado), lo mejor es evitar el color independientemente de la marca, ya que a veces se utilizan componentes comunes en diferentes tintas.
Algunas enfermedades dermatológicas crónicas pueden localizarse preferentemente en zonas sometidas a traumatismos, como los tatuajes. Entre otros ejemplos, cabe citar la psoriasis, el liquen plano, el lupus cutáneo, la sarcoidosis o el vitíligo. A las personas que padecen estas enfermedades se les suele aconsejar que eviten hacerse un tatuaje o, al menos, que no se lo hagan cuando la enfermedad está activa (lesiones que aumentan en número y/o tamaño) o durante el tratamiento activo. Tatuarse “al lado” de la lesión no sirve para prevenir un posible brote en la zona tatuada, ya que se trata de enfermedades de la piel en su conjunto, incluso de la que parece “sana”.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS ASOCIADOS A LOS TATUAJES EN CASO DE ECZEMA ATÓPICO?
Las complicaciones son las mismas que las ya comentadas (infecciones, reacciones alérgicas...).
Hasta donde sabemos, no se han descrito complicaciones específicas de la dermatitis atópica tras el tatuado, ya sea un brote de eczema atópico después de tatuarse, en la zona tatuada o en el cuerpo.
Eso sí, un primer tatuaje puede ser una fuente de aprensión o estrés para el paciente, lo que teóricamente puede agravar o favorecer un brote.
Si aparece una placa de eczema en un tatuaje cicatrizado, se pueden emplear corticoides y cremas hidratantes.
¿Cuáles son los consejos a seguir?
Estar seguro de su decisión
Como con todo, conviene sopesar bien la decisión de tatuarse y evitar los tatuajes “impulsivos”. Los tatuajes son permanentes y, a pesar de las mejoras en las técnicas a la hora de eliminarlos, la eliminación con láser no es 100% efectiva, es un proceso largo y doloroso, y tiene un precio. Por su parte, la eliminación quirúrgica siempre deja cicatriz.
Elegir bien a su tatuador
Optar por un tatuador profesional, registrado en el Ayuntamiento y que trabaje en un salón especializado.
Evitar a toda costa los tatuajes a domicilio, tanto por los riesgos de infección como por los resultados poco estéticos (y, por tanto, fuente de arrepentimiento).
Aplicar bien los cuidados necesarios después de tatuarse
Es importante respetar al pie de la letra todos los consejos de cuidado prodigados por el tatuador. Cada tatuador tiene sus propias costumbres, pero hay algunos consejos básicos, como no bañarse en la piscina o el mar, y no exponer el tatuaje al sol durante su cicatrización. Hay que lavarse con agua tibia y jabón (de Marsella) 2-3 veces al día. No es necesario aplicar sistemáticamente un desinfectante o una crema antibiótica.
¿DEBO TOMAR PRECAUCIONES ADICIONALES SI TENGO ECZEMA ATÓPICO?
- Preparar bien la piel atópica antes de hacerse el tatuaje hidratando correctamente la piel y evitar tatuarse cuando el eczema atópico está activo.
- Prevenir al tatuador de posibles alergias, especialmente a los desinfectantes o las cremas cosméticas. De hecho, los tatuadores suelen aconsejar (o incluso vender) algunas cremas cicatrizantes. Por lo tanto, conviene asegurarse de que no existe riesgo de alergia de contacto durante la fase de cicatrización.
- Ningún artista del tatuaje interviene en una zona de piel con lesiones. En caso de lesión de eczema en una zona donde teníamos pensado realizar un tatuaje, es necesario aplazar la sesión y consultar a un dermatólogo para que nos aconseje o trate la zona de forma adecuada, en particular usando cremas hidratantes o incluso dermocorticoides. Podremos tatuarnos después de interrumpir el tratamiento con corticoides o tacrolimus/pimecrolimus.
- Para saber cuál es el mejor momento para hacerse un tatuaje, lo mejor es hablar con su dermatólogo.
- En caso de seguir un tratamiento inmunosupresor, como el metotrexato, la azatioprina o la ciclosporina, hay que comentar con el médico prescriptor su intención de tatuarse.
¿Qué consejos debo seguir si tengo una o varias alergias de contacto?
Como ya hemos comentado más arriba, cuando sufrimos de alergia a un desinfectante o a cremas cosméticas, hay que indicárselo al tatuador para que evite aplicar un producto al que somos alérgicos.
Por lo que se refiere a las alergias a los metales (níquel, cobalto, cromo...), las concentraciones máximas permitidas para las impurezas como los metales en las tintas de tatuaje y el maquillaje permanente (sales metálicas) están definidas por una resolución del Consejo de Europa desde 2008 (ResAP (2008)1) que se aplicó en Francia en 2013 (consultar la versión francesa de esta resolución).
En la actualidad, las tintas empleadas en Francia por los tatuadores profesionales deben respetar estos límites y suelen probarse en un laboratorio certificado. Sin embargo, en caso de alergia conocida al cobalto, se desaconsejan las tintas azules; y, en pacientes con alergia de contacto al cromo, las tintas verdes, ya que estos colores suelen contener trazas de estas sales.
Lamentablemente, para las personas alérgicas al níquel, no existe ninguna recomendación específica.