Cómo aplicar bien el emoliente para tratar eficazmente el eczema

Cómo aplicar bien el emoliente para tratar eficazmente el eczema

Cómo aplicar bien el emoliente para tratar eficazmente el eczema
Adiós al eczema

El emoliente es la base esencial para el tratamiento diario del eczema atópico. Hidrata, nutre y reconstruye la piel: todo un genio del alivio. Gracias a él, uno se rasca menos, la piel se repara más rápido y las crisis tardan más en llegar. Bueno, a condición de hacer bien las cosas, ¡claro!

Pasos a la hora de aplicar el emoliente

A seguir con buen humor evitando las tensiones. Por supuesto, ¡el emoliente debe aplicarse sobre la piel limpia! La clave del tratamiento reside en su regularidad: hay que evitar a toda costa que suponga un mal trago. No siempre resulta fácil cuando se suma al cansancio y la angustia que se experimentan al enfrentarse al eczema, así que ¿por qué no transformar la aplicación de este cuidado en un momento de alivio para todos, padres e hijos?

  1. Lavarse las manos

     
  2. Aplicar una buena dosis de crema

     
  3. Calentar la crema entre las manos

     
  4. Untarla en la cara

     
  5. Untarla por el resto del cuerpo

     
  6. Pedir ayuda a otra persona para aplicarla en la espalda

Cómo untar bien la crema

Se debe poner la suficiente cantidad, así que no hay que tener miedo de aplicar una buena dosis en la mano e ir reponiendo sobre la marcha en caso necesario. El objetivo es evitar que la sensación de tirantez en la piel vuelva demasiado rápido, pero sin que quede demasiado pegajosa, lo que podría estorbar a la hora de volver a vestirse. A continuación, hay que realizar grandes círculos sobre la piel, sin frotar en exceso.

La cara

Después de calentar la crema con la yema de los dedos, colocamos los dedos completamente planos en la parte superior de la frente, descendemos por las sienes y volvemos hacia la nariz deslizando los dedos bajo los ojos. Luego, descendemos hacia las aletas de la nariz, desde las mejillas hasta la barbilla.

La espalda

Al llegar a la altura del cuello, deslizamos las manos hacia abajo en dirección de los hombros, mediante un movimiento envolvente. Podemos hacer que el niño se siente colocando su cabeza contra nuestro hombro, y luego masajear su espalda posicionando las manos en la parte inferior de la espalda y subiendo hacia la nuca y después hasta las orejas.

El tronco

Colocamos las manos completamente planas en la parte inferior del vientre y subimos hacia el cuello efectuando movimientos circulares.

Los brazos

Masajeamos los brazos desde la muñeca hacia la axila, acabando por las manos, desde los dedos hacia la muñeca.

Las piernas

Empezamos masajeando las piernas alisando desde el tobillo hacia la parte superior del muslo, de atrás hacia adelante.

Por la noche, ¡podemos aprovechar este momento para relajarnos!

Incluso podemos masajear los pies, para obtener un efecto relajante, empezando por el empeine y dirigiéndonos hacia cada dedo.

Los errores que deben evitarse
  • Olvidar lavarse las manos.
  • Frotar la piel para que penetre el emoliente, ya que puede agravar la irritación.
  • Aplicar el emoliente en las placas rojas y supurantes, ya que puede no tolerarse bien.

3 trucos para pasar un buen rato

La técnica de la mariquita

Ale, repartimos una serie de puntitos de crema por todo el cuerpo y encargamos al niño que los distribuya.

La carrera con música

¿Te ves capaz de ponerte toda la crema antes de que acabe la canción?

La hidratación “todos juntos”

Si aprovechamos este momento para hidratarnos todos a la vez, cada uno con su crema, será más divertido...

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