Estrés y eczema

El papel del estrés en el Eczema

Eczema atópico y estrés
Comprender el papel del estrés en el eczema: causas, síntomas y tratamientos

Una fuerte carga de trabajo, exámenes... En el día a día de una persona puede haber muchas fuentes de estrés. Esta oleada de emociones puede afectar al bienestar mental y físico de cualquiera. ¿Qué se entiende por “estrés”? ¿El estrés provoca eczema? ¿Qué opciones de tratamiento existen? La Pierre Fabre Eczema Foundation nos lo explica. 

Comprender el eczema

¿Se siente estresado y ha notado que le salen placas rojas en alguna parte del cuerpo? Es importante que consulte a un experto cualificado para comprobar si se trata de un brote de eczema atópico.

¿Qué es el eczema?

El eczema atópico es una inflamación de la piel, también conocida como dermatitis atópica. Se trata de una forma común de eczema tanto en niños como en adultos. Es una enfermedad crónica que se caracteriza por la aparición de placas rojas que pican sobre una piel muy seca. Cabe precisar que el eczema no es contagioso en ningún caso.

El eczema se observa en personas con un componente atópico, es decir, una hipersensibilidad al medio ambiente de origen genético. Por tanto, en la familia suele haber otros miembros con atopia.

Para obtener más información sobre el eczema, sus causas y tratamientos, visite la sección dedicada a este tema en nuestra web.

Todo lo que debe saber sobre el papel del estrés en el eczema

No es raro oír a la gente decir que su eczema se debe al estrés. Pero, ¿es cierta esta asociación? ¿Qué opinan los expertos?

¿Qué es el estrés?

Antes de examinar la correlación entre la sensación de estrés y el eczema, conviene recordar qué es el estrés. Se trata de una reacción emocional y/o física del organismo derivada de las tensiones percibidas durante una determinada situación (examen, traumatismo, etc.). Suele desencadenarse por situaciones que representan un “peligro” para el individuo y que pueden requerir una adaptación. Hay que tener en cuenta que todo el mundo puede sufrir estrés en cierta medida. Sin embargo, es aconsejable consultar a un médico si esta sensación persiste en el tiempo.

¿Puede el estrés causar eczema?

¡La respuesta es “no”! Es cierto que cuanto más sufrimiento psicológico hay, más intensos son los síntomas del eczema. Sin embargo, el estrés no es la causa del eczema, aunque sí puede considerarse un factor agravante, o incluso desencadenante de un brote. En ocasiones se denomina “eczema nervioso”. Hay 5 factores que agravan o desencadenan los brotes de eczema:

  • Los irritantes
  • Las alergias
  • Las emociones 
  • Los microbios
  • El propio eczema: cuanto más eczema se tiene, más se rasca uno, y más se agrava el eczema (círculo vicioso).

¿Cómo agrava el estrés el eczema?

El impacto psicológico de un brote de eczema en una persona es incuestionable. Por eso surgió la psicodermatología, es decir, la relación entre la psicología y las inflamaciones dermatológicas. Por un lado, el eczema puede provocar sentimientos de malestar o vergüenza ante la mirada ajena (pérdida de autoestima), sumiendo a la persona que lo padece en un estado de ansiedad y estrés. Por otro, el estrés fomenta el rascado (que es un acto reflejo) agravando el eczema. Se trata de un círculo vicioso. El eczema provoca estrés, que a su vez puede aumentar la intensidad del picor (prurito en términos médicos). Además, el estrés puede afectar a la duración del episodio o a la extensión del eczema por el cuerpo.

El impacto de la gestión emocional en la enfermedad

¿Cómo se trata el eczema?

Para reducir la frecuencia y la intensidad de las crisis cuando se sufre de dermatitis atópica, hay que combinar dos tratamientos.

  1. Un tratamiento para combatir la inflamación, generalmente un dermocorticoide, que le recetará su médico.
  2. Un cuidado hidratante (emoliente) para combatir la sequedad de la piel y evitar que favorezca la inflamación.

Además de estos tratamientos, si el eczema se intensifica por el estrés, puede ser útil aprender a controlar el estrés y las emociones.

¿Qué técnicas de gestión del estrés pueden practicarse?

Hoy en día existen muchas técnicas para reducir el estrés o aprender a gestionarlo mejor. Entre ellas figuran actividades como el yoga, la meditación y la sofrología. Hacer deporte también es una excelente forma de liberar tensión. Adoptar un estilo de vida más saludable (comer y dormir bien) también puede ayudar a reducir un poco el estrés. Por último, consultar a un psicólogo puede contribuir a gestionar mejor las emociones.

¿Cómo afecta la psique a la gestión de la enfermedad?

Suprimir las emociones es imposible, pero entenderlas permite tomar distancia y ponerse en modo “me cuido”. Una autoestima suficiente facilita que el paciente se convierta en participante activo de su propia salud. Efectos placebo / nocebo: numerosos estudios han demostrado el impacto que tienen las creencias de los pacientes sobre los tratamientos y su eficacia. Se estima que este efecto es de alrededor del 30% y puede llegar al 60-70% en determinadas patologías.

¡No subestimemos nuestro poder de curación o de mejora!

"El ser humano es un todo: cuerpo - mente - energía. Las enfermedades se desencadenan por una alteración del equilibrio; los médicos chinos hablan de “acumulación”, y todo empieza en nuestra mente..."

                                                                                        Jean-Marc Chavigny

 

Un apoyo profesional permite lograr un reequilibrio psicológico y contribuye a aumentar el efecto placebo.

¿Cómo encontrar la motivación para tratarse?

Participar en talleres de Educación Terapéutica del Paciente (ETP) es una forma de conseguirlo. En diversas ciudades de Francia hay centros donde se practica la ETP.

Hay varios puntos esenciales para (re)encontrar la motivación para cuidarse:

  • Estar en condiciones de cambiar: reforzar su autoestima, identificar proyectos de vida concretos, etc.
  • Estar acompañado: identificar y contar con una persona de referencia (profesional sanitario o no) que sea capaz de apoyar al paciente, explorar enfoques como la psicogenealogía, la psicoterapia, la meditación, la silvoterapia o el maquillaje terapéutico.
  • Jerarquizar los cambios a realizar en su vida respetando su propio ritmo: aceptar los escollos y el hecho de no poder lograr algo a la primera (método Kaizen o fisolofía basada en que un pequeño paso puede cambiar nuestra vida).

Por ejemplo, en la Escuela de la Atopia de Nantes, en Francia, se proponen varios talleres para desarrollar la motivación de los pacientes:

  • Talleres de autoestima
  • Talleres sobre “cómo vivir mejor con sus emociones”
  • Talleres sobre “cómo ser participante activo de su salud”, asociados a una aplicación práctica: canto y silvoterapia, conciencia plena (5 sentidos, respiración) en el bosque de Gâvre
  • Colaboración con la medicina integrativa (energéticos, acupuntores, etc.)

En conclusión

Es importante conocer bien su enfermedad para aceptar su cronicidad y tomar medidas para gestionarla. El sufrimiento psicológico ligado al eczema es completamente normal y legítimo. Decir que la enfermedad no tiene ningún impacto en la vida del paciente es negar la realidad. Tomar conciencia de sus propias emociones nos devuelve a esta realidad y nos permite dar un gran paso hacia el deseo de cuidarnos. ¿Le gustaría saber más sobre la relación entre el estrés y el eczema? ¿Desea recibir consejos personalizados? ¡Póngase en contacto con un especialista cerca de usted!

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