¿Se puede tener un perro o un gato cuando se sufre de eczema atópico?
Gato, perro, conejo o hámster, poco importa, los animales peludos no son incompatibles con el eczema atópico en la mayoría de los casos. Tan solo hay que seguir una serie de precauciones y todo irá bien.
Mascotas y eczema: ¿cómo conciliar ambas cosas?
Una respuesta caso por caso: ¡hay que conocerse!
El eczema atópico es una hipersensibilidad a determinados elementos ambientales como el polen, los cambios de temperatura, el pelo de los animales, etc. A menudo es difícil saber con exactitud a qué reacciona nuestra piel porque estos factores suelen combinarse. Por lo tanto, las recomendaciones solo tienen sentido caso por caso, en función de su vida cotidiana y sus antecedentes: lo mejor es pedir consejo a su médico antes de adoptar un animal.
Los beneficios de una mascota en la vida cotidiana
Si tenemos en cuenta la presión y el estrés que puede generar el hecho de padecer un eczema, la compañía de un animal ayuda a relajarse y aporta un apoyo incondicional (¡los perros más que los hámsters, indudablemente!).
Los hábitos que hay que adoptar en casa
Aunque en general no es desaconsejable tener un animal peludo en caso de eczema atópico, conviene tomar algunas precauciones.
En realidad, el problema no es el pelo de nuestras mascotas, sino la saliva y las secreciones que depositan en él al lamerse. Así que, al fin y al cabo, sigue siendo necesario atrapar esos pelos:
- Pasar el aspirador periódicamente
- Dormir por separado
- No dejar que el animal suba al sofá y la cama
- Lavar al animal cada quince días
- Cepillar al gato o al perro en el exterior
- Si es posible, evitar que el animal acceda al dormitorio.