Eczema, ¿y si fuera gluten?
El gluten es una proteína procedente del trigo bastante indigesta. El trigo está oficialmente reconocido como responsable de:
- enfermedades alérgicas: alergia al trigo, esofagitis alérgica, enteropatía;
- enfermedades autoinmunes: enfermedad celíaca, dermatitis herpetiforme, ataxia por gluten.
En su forma más compleja, cada una de estas enfermedades cuenta con signos clínicos y exámenes complementarios muy específicos.
La intolerancia al gluten
Otra cosa muy distinta es el debate actual sobre la sensibilidad al gluten, comúnmente conocida como “intolerancia al gluten”.
Se trata de personas que dicen ser víctimas principalmente de trastornos digestivos (molestias o dolores abdominales, hinchazón y diarrea) que desaparecen al retirar completamente de la dieta los alimentos a base de trigo (pan, pasta, bizcochos, galletas, pasteles, tartas) y reaparecen cuando vuelven a consumir estos alimentos.
El creciente número de pacientes que ha adoptado esta medida dio lugar a la celebración de una conferencia de consenso sobre este tema en Londres en 2011. Los trabajos presentados durante el evento pusieron de manifiesto que estos pacientes presentan anomalías distintas a las que se dan en las enfermedades autoinmunes o alérgicas. Se trata, pues, de un nuevo grupo de enfermedades. Estas anomalías están siendo objeto de investigación totalmente al margen de la práctica diaria en los consultorios médicos.
Por ende, cabe plantearse dos preguntas:
- ¿por qué el gluten?
- ¿los problemas de salud relacionados con el gluten se limitan al tubo digestivo?
1ª pregunta: ¿por qué el gluten?
El consumo de pan en 1950 era de unos 900 g por habitante y día en Francia, mientras que en la actualidad es de 150 g. Nuestro consumo se ha desplomado y, con todo, culpamos al trigo. Y es que entre 1950 y hoy, la industria agroalimentaria ha cambiado mucho: las harinas que utilizamos ahora están enriquecidas con gluten para facilitar la fermentación de la masa.
2ª pregunta: ¿los problemas de salud relacionados con el gluten se limitan al tubo digestivo?
Dado que nos encontramos en una página de la Fundación Eczema, es obvio que la respuesta es “no”.
En la práctica, si a pesar de seguir:
- Unos cuidados adaptados: ducha corta de menos de 5 min, sin jabón, aplicando un emoliente a diario por todo el cuerpo
- Un tratamiento con dermocorticoides aplicado correctamente (regla de la unidad falangeta, desde el inicio de la crisis: cuando la piel está roja, áspera y pica)
- Una dieta saludable (restricción de todos los azúcares de absorción rápida, para limitar la acidez)
- La administración de probióticos tras la ingesta de antibióticos
Si, a pesar de respetar estos 4 puntos, sigue teniendo un eczema recurrente y/o problemas digestivos, solo entonces puede probar excluyendo el gluten de la dieta (todo tipo de harinas de trigo, centeno o cebada) durante un mes para comprobar qué beneficios le aporta.
Si la prueba es positiva y nota que su piel mejora, sobre todo aléjese de los productos con reclamo “sin gluten”, que lo que intentan es aprovechar comercialmente esta tendencia. Lo mejor es optar por la harina de arroz o de trigo sarraceno para la repostería y sustituir la pasta por otras féculas. En el desayuno deben predominar la fruta, los frutos secos (si no se es alérgico) y la fruta deshidratada en una base láctea tipo yogur.
Sin embargo, la intolerancia no implica una retirada total de por vida: al contrario, conviene actuar para restablecer la tolerancia consumiendo de vez en cuando un poco de trigo en forma de otras variedades: la espelta, la escanda o espelta pequeña, el trigo duro (pasta, sémola) y el trigo khorasan, a menudo vendido bajo el nombre de Kamut©.